El otro día estuve en un bar en una zona muy turística de Madrid y consulté la carta para ver qué tomaba. La carta estaba tanto en español como en inglés dado la gran afluencia de extranjeros a la zona, lo cual me pareció muy adecuado. El único problema es que la traducción había sido realizada de forma errónea lo cual dio lugar a unas expresiones de lo más divertidas como las siguientes:
Berberechos al natural = Cockles to the natural one
Almendras saladas = Saliferous almonds
Boquerones en vinagre = In vinegar anchovys
Hace un tiempo vi también en una carta “Media Tapa” traducido como “Tapa stockings”, cuando en inglés stockings se refiere a las medias que llevan las mujeres. A veces me pregunto si los dueños de estos locales no se dan cuenta que la forma o la imagen de un sitio es tan importante como el contenido del servicio o producto que ofrecen. Si bien estas traducciones hacen gracia no creo que dejen buena impresión en el viajero. No creo que a un español que viaje a un sitio donde no se hable español le guste encontrarse con este tipo de carta, por ejemplo que unas almendras saladas sean una “almendras salíferas” o unos boquerones en vinagre se denominen “en vinagre boquerones” que sería un intento de expresar lo que han indicado en inglés. Traducir una carta de forma profesional cuesta muchísimo menos de lo que uno cree y se amortiza en una buena tarde de sábado con clientes. Se queda bien de cara al público y diría que hasta se contribuye a que la marca española sea respetada y admirada. Y eso lo queremos todos.